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Hace un tiempo leí una carta muy linda que supuestamente algún pavo le envía a otro animal racional que es el hombre (racional? a veces), éste se supone que es uno que habla por todos los de su especie, y nos ruega a los humanos que en esta Navidad los indultemos y no nos lo comamos, al menos nos pide que los dejemos pasar alguna Navidad con vida. Ellos intuyen que esta fecha tan importante en nuestro mundo Católico muchos de nosotros tenemos la costumbre de comer pavo con ensalada. Bueno, no recuerdo bien la carta, sólo me acuerdo que me hizo derramar una lágrima ya que a mi esposo años atrás dos meses previos a la Navidad un amigo le regaló un pavo vivo, apenas lo vi me dio un vuelco al corazón, tuve mucha pena, lo miré a los ojos y le noté una mirada triste, glo glo glo. Al pavo lo dejamos en el jardín de la casa de mi abuela. Todos los días que iba a ver a mi abuelita me decía su empleada que el pavo no quería comer, entró en un estado de depresión, el animalito se volvió anoréxico. El pavo adelgazaba y adelgazaba, a pesar de que Julieta le hablaba a Pavín (lo "bautizó" con ese nombre) ya ni agua quería tomar, se estaba dejando morir. Fue entonces que decidimos regalárselo a una de mis tías que tiene una familia grande y seguramente iba a necesitar más de un pavo para su cena navideña. Ya no supimos más de Pavín, sólo que mi tía le comentó a mi madre que lo tuvieron que sacrificar el mismo día que llegó a su casa ya que el animal estaba hecho hueso y pellejo. Esta es la historia de Pavín y de todos los pavos que desde que nacen parece que presienten que su vida será corta, y no llegarán a escuchar la campanada de las 12 de la noche del día 24 de diciembre y nunca un FELIZ AÑO NUEVO!!!.
Estaba hace dos días en el supermercado haciendo las compras de la semana, llego a la caja a pagar, se me acerca una señora y me dice “hola, cómo estás?” y yo le contesto con un simple “hola”, tal vez puse cara de desconcierto puesto que al toque me preguntó si no era la hija del doctor Ludwig (nunca en mi vida he escuchado hablar a nadie de ese doctor); yo le digo “no, mi papá no era doctor, y murió hace 25 años” y ella me dice “que pena, pero estás segura que no eres la hija del doctor Ludwig (?) eres idéntica a su hija, aunque hace mucho tiempo no la veo”, bueno, creo que estoy más que segura le digo, y empezamos a conversar de otras cosas correspondientes al supermercado. Creo que no la convencí, en fin, me dije. Cuando Dios creó al hombre y mujer debe haber tenido unos cuantos moldes, ya que hay mucha gente parecida entre sí, mi madre siempre me dice, son del “mismo molde”. No es la primera vez que me pasa, hace un par de años en el mismo super, en la sección perfumería, otra señora me dice “hola Clementina qué hacés en Lima?” (qué???) “se ha confundido usted, no soy Clementina” le respondo, “cómo? no sos Tina de Santa Fe? (Argentina)”. “no, no conozco Santa Fe, ni soy argentina” al escucharme decir esto me responde, “tenés razón, no tenés el dejo”, hablamos sobre marcas de perfumes y de otros asuntos, conversamos como una hora, muy entretenida la argentina. Y así me ha sucedido otras veces, yo en cambio soy muy tímida, y cuando veo alguna cara conocida primero la veo bien, y si me doy cuenta que esta persona me reconoce le digo “tú eres…si no recuerdo bien, tú te llamas…este….tengo tu nombre en la punta de la lengua, pero no me sale….”, ( esto es para disimular, ya que no me acuerdo quién es, es sólo una cara conocida). Quisiera conocer a mis clones, o mejor no.
Saliendo del tema, mañana es el cumpleaños de mi amiga blumun.
